El coaching es la forma que he descubierto de ayudar a las personas en sus proyectos, en su vida, a conseguir lo que quieren, a mejorar lo que tienen, a conocerse a sí mismos a través de una conversación. Se ha convertido en una forma de vida, en mi vocación y mi profesión. Nos dicen que el coaching, en uno de sus muchos aspectos, nos ayuda con lo que “no sabemos que sabemos”. Yo he descubierto personalmene que me ha ayudado a ser consciente de “lo que no sabía que sabía acerca de mi mismo”. ¿Te lo puedes imaginar con 51 años? ¿Quién dice que la vida es un continuo aprendizaje? Al igual que muchos otros, yo puedo decirlo. Si hay alguien más que lo piense, me alegro, pero “es mi tesoro…”, aunque quiero compartirlo.
Si existen más personas que lo piensan, genial, si no, esas son también las personas a las que el coaching puede llegar y mostrar cosas, lo que sabemos, lo que no, todo eso. En realidad, a todos.
La vida se acaba siempre, es un hecho, pero también hay algo muy claro: las personas cuando parten, lo hacen en el punto más alto de su sabiduría, siendo conscientes de ello o no. Cuando nos vamos lo hacemos con nuestra mochila llena, de cosas que hemos sido capaces de identificar o aprender, y otras que no. Puede ocurrir que esas cosas de las que no somos conscientes, son las que nos pueden hacer falta en otros lares, en esos a los que nos vamos, o no.
Pero hay algo muy importante, cuando nos vamos, se van el ser, los sentimientos, la experiencia, esas cosas que no se olvidan, esas cosas que nos hacen ser como somos en ese momento, y digo en ese momento, porque con el paso del tiempo sabemos más, conocemos más, tenemos más experiencias, y eso nos hace ver el mundo de manera distinta a como lo hacíamos antes de adquirir todo eso: Nos hace distintos porque lo vemos distinto, porque ya no podemos ser la misma persona que éramos en el instante inmediatamente anterior a “conocer” eso nuevo. Es decir, cada instante en el que el presente se vuelve pasado, provoca que seamos diferentes sólo por el hecho de vivirlo. Y así todos los instantes de nuestra existencia.
Piensa: ¿qué ocurriría si descubriéramos las cosas que sabemos pero no hemos caído en la cuenta de que están ahí a nuestra disposición, de las que no éramos conscientes, y las usáramos ahora mismo, hoy, en lo que nos ocurre ahora, lo que nos preocupa, lo que queremos conseguir o lo que queremos mejorar? ¿Se te abrirían nuevas posibiliadaes?
Volvamos a la tierra, que me escapé por un momento. Mientras estamos aquí, es cuando el coaching, las buenas conversaciones, las de calidad y compromiso por las dos partes, donde lo verbalizado y lo mostrado en silencio tienen toda la atención, nos ayudará, si así lo queremos. El coaching es el espacio en el que el viento pierde su esencia, porque se dicen miles de palabras, pero ninguna se la lleva el viento, todas tienen importancia, las que son (dichas) y las que no, en las que nos detenemos y en las que dejamos suspendidas en el tiempo/espacio hasta que nos hacen falta.
¿Cuántas conversaciones has tenido en la que la persona que tienes frente a ti, ese alma, está ahí compormetida al doscientos por ciento con lo que dices? ¿Cuántas palabras en tu vida se las ha llevado el viento y no te has sentido escuchado incluso rodeado de gente? ¿Cuántas palabras ni sabes que se perdieron? ¿Cuántas ni sabes que se dijeron?
A veces en la vida se te cruza un alma que te escucha, te brinda la oportunidad de verte tal y como te ves, como no te ves, como no sabes que te ves e incluso como no sabes ni que eres. El coach se convierte en un espejo en el que te puedes reconocer o no al ver tu reflejo, pero también te puede ayudar a verte. ¿Te imaginas mirarte a un espejo y ni siquiera verte? ¡No hay nada ni nadie! ¿Dónde estás? El coach, te acompaña y te ayuda a verte, a identificarte, a creer en ti, y lo hace con todo lo que tú tienes y su curiosidad y deseo de dejar huella en tu ser. ¿Qué aporta? Su genuina curiosidad, su deseo de sentarse frente a ti y empaparse de todo lo que dices, para mostrártelo de vuelta, para hacerlo a través de una conversación en la que te va a preguntar y tú vas a responder.
Las respuestas que buscas están en las preguntas que provocas al conversar con tu coach, aquellas que son visibles e invisibles, todas. Se trata de conversar juntos, caminando, sin juicios, sin recriminaciones, sin dobleces, sólo el deseo de trascender y ayudarte en aquello que quieres.
Ese camino, esa posibilidad, está ahí para ti. Una buena conversación te abre posibilidades de forma instantánea. Todo eso me ha ocurrido a mi.
El Coaching está ahí para ti.